Blogia
DESDE LA COCINA

LENGUADOS A LA BENEMÉRITA Ó COMO PONER VERDE A UN LENGUADO.

LENGUADOS A LA BENEMÉRITA Ó COMO PONER VERDE A UN LENGUADO.

 

Lo primero aclarar que el color verde nada tiene que ver con la salas verde esa estándar para los pescaos, sepias calamares y demás ingredientes básicos de un chiringuito playero. Guiris de color cangrejo cocido y facturas de esas que cortan el hipo provocado por la sangría y el tinto de verano Don Simón van aparte.

 

Se trata de una incursión en el mundo del pescado de la mano de nuestro amigo el “pescao” plano más conocido (o menos) como Solea Vulgaris  también conocido por ser el pez que durante su crecimiento uno de los ojos y la boca se le tuercen como si le acabase de dar un trago a un cubata de garrafón de manera que los dos ojos se colocan en la parte superior del pez que en realidad es su lateral derecho y asi se queda en el fondo mimetizado con la arena a la espera de pescar algo.

 

Bueno después de esta clase al estilo National Geographic y con los deberes hechos nos vamos a la pescadería y compramos unos lenguados hermosos y fresquitos, nada de congelados que al final pagas mas hielo que lenguado y acabas pagando el mismo precio para el congelado que para el fresco.

En este caso el lema toma pescado congelado pa´la ministra de medio ambiente y pesca que yo me quedo con el fresco y que Elena Espinosa se coma el congelado aunque por lo visto últimamente a los ministros le gusta mas la caza…

 

Bueno el caso es que armados con un buen cuchillo y paciencia le “arrancamos la piel a tiras al lenguado” y haciendo un corte en la espina dorsal y poco a poco cortando a ras de espinas sacamos cada uno de los cuatro filetitos que tiene el lenguado.

 

Una vez que los tenemos limpios y fuera le preparamos un relleno con una gambita gorda pelada un trocito fino de cebolla sal  y pimienta y untamos el filete por dentro de naranja rallada, tampoco hay que pasarse con la naranja pero que se note, que le da un punto interesante.

 

Envolvemos la gamba y la cebolla en el filete de lenguado formando un rulo más o menos hermoso en función de la habilidad de cada uno y lo dejamos preparado en una bandeja de horno con una gota de aceite en la base para que no se pegue.

 

Mientras el pescado disfruta de sus últimos minutos fuera del estomago de los comensales preparamos la salsa para bautizarlo.

 

Para ello cogemos unos espárragos trigueros, no muchos como unos cuatro o cinco y los partimos usando desde la mitad a la punta, es decir la parte más verde.

Los salteamos en la sartén durante un par de minutos y los trituramos con la batidora en un recipiente con un chorrito de leche de manera que nos queda una leche de color verde intenso con la que vamos a hacer una bechamel.

 

Freímos cebolla y cuando esté dorada añadimos la harina le damos una vueltecita y pa´ dentro un buen chorro de leche caliente y a remover (hasta aquí bechamel de toda la vida) para terminar y sin parar de remover le echamos la leche verde y seguimos al fuego hasta que espese. Punto de pimienta, sal y nuez moscada

 

Una vez listo le colocamos una capa del mejunje sobre los rollos de lenguado y al horno unos 6-8 minutos en función del tamaño del ejemplar.

 

La guarnición la dejo a vuestro gusto e imaginación que no va a ser todo copiar recetas.

 

Ale hasta la próxima

 

0 comentarios