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DESDE LA COCINA

Pimientos de Salmon, unos se los comen y otros non

Pimientos de Salmon, unos se los comen y otros non

 

 

Dice la historia que lo que hoy conocemos todos como sándwich procede de un noble ingles del siglo XVIII como nos cuentan en esta pagina…:

 

“El origen de tan preciada preparación se remonta al Reino Británico, más precisamente a un miembro de la aristocracia inglesa llamado Sir John Montagu (1718-1792), Cuarto Conde de Sandwich.

Cuenta la historia que el 24 de noviembre en el año 1762, este noble caballero se encontraba jugando a los naipes (actividad de la cual era adicto) cuando el camarero del club social le anunció que su carne estaba servida. Lord Montagu, completamente absorto en el juego, increpó al mozo para que le sirviera la carne entre dos rebanadas de pan, de modo que pudiera seguir jugando sin mayor complicaciones, ni pérdida de tiempo.

De esta curiosa manera, fue como nació el sabroso sándwich que todos conocemos. A esta
forma de preparar los alimentos se le llamó "sandwich". Si bien el conde Montagnu perdió en los naipes, lord Sandwich se sintió muy orgulloso de este aporte culinario y no dejó de mencionarlo en su testamento como "el mejor legado que dejaba a su país, Inglaterra ".

Es increíble hasta donde llega la historia, ya que los actuales herederos del conde de Sandwich tratan de sacar provecho al invento de su antepasado y pretenden ser los proveedores oficiales de sandwiches para la ciudad de Londres.”

 

Y aunque a mi personalmente no me apasionen los juegos de cartas (he de reconocer que no me gusta perder ni a las chapas) pues hoy le vamos a rendir homenaje a tan noble personaje y vamos a preparar unos sándwiches de piquillo.

 

La receta de hoy es marca de la casa y tiene un poco mas de curro que otras veces pero como el  resultado a mi me gusta pues nos arremangamos y manos a la obra.

 

El primer paso es hacer una gelatina de salsa vizcaína (mandè…?!) para esto cogemos unos pimientos de piquillo a la brasa,yo los compre del tio de la carretilla pero hay unos que se llaman cojonudos que son idem, los secamos con un poco de rollo de cocina (el mejor invento del mundo), añadimos un poco de sal y azúcar y los trituramos con nata de cocina (18 % de materia grasa) hasta que quede de un color anaranjado fuerte, disolvemos, en  un pelín de agua caliente, una lamina de gelatina =2g (cola de pescado) por cada 100 ml de salsa, , vertemos la salsa sobre la gelatina disuelta y dejamos enfriar en el fondo de un molde plano de tal manera que  se nos quede una capa de 1 cm. de espesor. En unas horas tendremos la gelatina lista, aunque yo lo dejo un día entero para que asiente.

 

Una vez solidificada la cortamos en rectángulos  de 2x5 cm. y los montamos con los demás ingredientes de la siguiente manera:

 

  1. Capa de gelatina vizcaína
  2. una punta de espárrago blanco partido por la mitad
  3. dos lonchas de salmón del mismo tamaño que la gelatina y
  4. de nuevo capa de gelatina

 

Y para rematar y contrastar con la textura blandita yo le aplasto un quico (maíz frito)  a puñetazos si hace falta y le espolvoreo un poco por encima así rollo moderno tipo Ferran Adriá en versión cutre y sin nitrógeno liquido que no nos llega el presupuesto.

 

Alguno le pondría un “aire” de estos con sabor que se consiguen batiendo algún liquido mezclado con el producto del que queramos obtener el sabor y poniendo un poco de la espuma resultante, pero como dicen que “no se puede comer del aire” pues me quedo con mi versión

 

Terminamos con un hilito de aceite de cebollino, que para los menos experimentados se consigue triturando la hierbecilla con aceite y después colándolo si sois finos o sin colar si os va mas el “casual look” y entrante listo.

 

Pues no era tan complicado

 

Hasta la próxima entrada….

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