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DESDE LA COCINA

Restaurante Masadi, Murcia

Restaurante Masadi, Murcia

 

Avenida Francisco Jimenez Ruiz, 2 Murcia

 

En nuestro habitual periplo gastronómico por la región de Murcia esta semana tuvimos el gusto de visitar este restaurante que desde 2008 y al mando de Marylen Salido Diaz y del Chef Fran Rebollo  en los fogones amplia la oferta gastronómica de la Región de Murcia autodefiniéndose en los siguientes términos:

 

“RESTAURANTE MASADI es un restaurante minimalista donde intentamos servirles con la mejor calidad a nuestro alcance, utilizando las técnicas de alta cocina más avanzadas en la región de Murcia, nos diferenciamos de los demás siendo los únicos en integrar los salones VIP donde pasaran un rato agradable en compañía de su ser amado, de sus compañeros de oficina o por qué no de su familia que siempre merece lo mejor.”

 

 

Momentos complicados para abrir un restaurante de cierta categoría como parecía corroborar la escasa ocupación del restaurante al que acudimos tras una reserva telefónica con ciertos problemas sin importancia con los teléfonos.

 

El local, que extrañamente cuenta con una pequeña cafetería en el lado derecho, independiente y separada del comedor principal, está decorado con un ambiente moderno en el que el mármol y los tonos rojos de las paredes contrastan con unas mesas cubiertas de manteles negros y sillas de piel del mismo tono. Luces de Neón azules y una pequeña cava empotrada en la pared configuran el salón un salón con capacidad para unas 60 personas y que cuenta con dos reservados separados por unas puertas correderas para los que deseen cierta privacidad.

 

Una vez sentados en la mesa y mientras nos atiende un dispuesto camarero echamos un vistazo a la carta, que podéis consultar en la página web: http://www.masadi.es/,  y nos decidimos rápidamente por un menú degustación que por 40 euros incluido el vino (un Protos Roble, D.O Ribera del Duero) es claramente la mejor opción para poder apreciar las virtudes del restaurante.

 

Para hacer más corta la espera y de paso justificar el cobro del pan nos acercan a la mesa unas tostaditas de pan acompañadas de pimientos asados y tomate rallado en sendos recipientes.

 

No les hacemos mucho caso puesto que lo que nos espera es un menú de 5 platos más un postre y nos disponemos a entrar en materia:

 

Comenzamos con un carpaccio de chato murciano, en el que la carne no esta cruda sino mas bien tipo “roast beef” o en este caso roast pork en el que las laminas de la carne forman una montaña sobre los mismos pimientos asados del aperitivo y se acompaña de unos pegotitos de una mostaza rebajada. Buena presentación del plato aunque para mi gusto el aceite del pimiento dominaba demasiado el plato.

 

Vol au vent formado por un hojaldre ligero y fino, relleno de un pollo en su punto, jugoso pero hecho, acompañado de champiñones y una salsa de nueces a la que la decoración con Módena reducido mejora, no sabemos si voluntariamente o no, suponemos que si, el resultado final con un contraste, entre una salsa ligeramente dulce y suave y el toque contundente del vinagre, muy acertado.

 

Ensalada de hojas variadas, vinagreta, mermeladas de pimiento rojo y cebolla, queso de cabra aligerado con yogur y brocheta con dos langostinos conforman una ensalada en la que parecen haber utilizado todos los ingredientes de los que disponían en la cocina, si bien el resultado es positivo, nutritivo sin duda y apetitoso.

 

Después del chato, el pollo y la ensalada toca irnos hacia la costa con una filete de merluza a la plancha con un punto de cocción estupendo, carne firme y fácil de separar que se acompaña de una salsa de vieira, algo flojita de sabor, y un langostino y esparrago triguero coronando la creación. Plato muy apetecible, como única pega y por ser delicados el langostino cocido no aporta nada al plato (una gamba blanca a la plancha por ejemplo si) incluso desmerece un poco el resto de ingredientes, siempre hablando desde mi punto de vista, claro.

 

Terminamos la gama de platos “salados” con un timbal de cordero, paletilla para ser exactos, desmigado, con un sabor potente y cubierto tiras de puerro frito y una salsa algo ligera de más de vino. Sabroso y abundante, demasiado para mi estomago después de otros cuatro platos.

 

Terminamos con el postre, para el que dicen que siempre queda hueco, y menos mal porque sería una pena dejarnos una finísima tulipa de pasta brick rellena de helado de turrón y fresas maceradas y con pimienta, con unos hilitos de caramelo y un sirope de chocolate en la base del plato. Delicioso, estupendo broche para la cena.

 

En cuanto a la “dolorosa” 40 euros + IVA por menú mas dos euros de pan (pillines, esto no se hace en un menú) con bebida incluida hacen suponen un precio bueno y un buen lugar para celebrar cualquier comida o darse un pequeño homenaje. Vamos a ayudarles a que se mantengan por mucho tiempo y que nos den nuevas alegrías gastronómicas.

 

Notas:

 

Ambiente: 7,5

Presentación: 7,75

Cocina: 7.5      

Servicio: 7,25

Originalidad platos: 7.25

Relación calidad Precio: 7,5

 

Nota Media 7,46

 

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